miércoles, 18 de febrero de 2015

El origen

El testimonio del naufrago trastornó al capitán. Al parecer escuchó  algo que hizo que perdiese el sueño y cambiase radicalmente el plan de navegación. Impuso unos turnos abusivos de guardias, un racionamiento de los víveres y el total decomiso del ron. Tras tres meses la tripulación estaba a punto de amotinarse cuando el vigía divisó tierra. La isla del mayor tesoro jamás descubierto. Ahí comenzaron los verdaderos problemas: el reparto del botín. Los marineros reclamaban tanto como los oficiales; los jóvenes no entendían que la experiencia valiese más monedas; los que llevaban parche y pata de palo exigían pluses y minusvalías. Hice lo que pude intentando representar a todos ellos justamente hasta que la tomaron conmigo y me arrojaron a los tiburones. Entonces juré venganza eterna y que en el futuro nunca se librarían de mí. Donde haya un pirata siempre habrá un abogado.

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