Ahora, en el ocaso de mi carrera, me toca
nombrar sucesor. Ni siquiera el jolgorio de mi fiesta de despedida me
impide escuchar a los accionistas de nuestros principales clientes, sus
maquinaciones para hacerse con la titularidad de mi plaza. Su candidato preferente
es un auténtico tiburón, nunca pierde un caso, pero yo ya he tomado mi
decisión. No es un letrado tan brillante pero es de los que trabaja día a día
para que la justicia llegue a ser una realidad, vamos un verdadero abogado.
De
esa, de la que tú no quieres hablar, de esa que yo sin ver sé
que existe, porque te conozco, porque también soy mujer y lo noto. Tenemos,
debemos hablar. Esto no puede continuar así, prométeme que es la última vez,
que lo vas a dejar. Amiga, no soportaré ver tu nombre en los periódicos.
Puppy68 y
Riada83 enseguida congeniaron, mismas aficiones, gustos literarios y musicales.
Con semejantes nicks tuvieron claro que vivían en la misma ciudad y serían de
edades parecidas. Puppy se sentía mucho más a gusto con Riada que con ninguna
de sus relaciones anteriores, y Riada confiaba como jamás lo hizo en ningún
otro ser. Todo era perfecto pero no se atrevían a conocerse en persona. Y así,
ella, que paseaba a su perro cada atardecer nunca se fijaría en el joven pintor
que día a día inmortalizaba la ría en sus lienzos.
Es lo que tiene elegir un avatar del sexo contrario.
Desde hace unas semanas
tengo la sensación de que alguien me sigue al regresar a casa.
Intermitentemente he creído ver una sombra, me basta para preocuparme, porque aunque
llevo años huyendo, sé que nunca estaré del todo a salvo. Ayer me quedé en casa
y vigilé a través de las ventanas. Volví a verla agazapada entre los coches. Sé
que hoy vendrá a por mí. Me he atrincherado y por si acaso he afilado el
cuchillo de la cocina. He dudado sobre tomar o no los tranquilizantes que me
recetó el doctor, no, mejor no, llevo un tiempo sin hacerlo…
Relato subrealista,
presentado originalmente a ENTC en Julio cuando me tocó (qué bien!! fue toda
una experiencia) ser jurado. En homenaje al gran Gila.
El día que nací, mis
padres no estaban presentes. Él promocionaba su primera novela firmando
autógrafos en unos grandes almacenes. Mamá insistió en acudir al acontecimiento pese a que papá quería que diese
a luz normalmente. Ella dijo que no, alegando que ya llegarían más
hijos, y lo de publicar otros libros estaba por ver…
En fin, que vine al mundo
sólo. Pero no me desanimé, tenía toda la vida por delante para compartirla con
ellos. Error. Mi padre logró fama y nos abandonó por una tal “botella”; en esa
época me enseñó a gatear…
Mamá se apuntó a unos
cursos de autoayuda “encuéntrate a ti mismo” o algo así para superar la
situación. Lo malo es que no le gustó lo que vio y se perdió del todo. Otra vez
más estaba solo, pero me vino bien, empecé a contar estas cosas y la gente me
pedía más y más anécdotas de mi vida, preferiría no hacerlo, pero me pagan una
pasta, hasta me han ofrecido un contrato indefinido, ¿cómo humorista?, no
hombre no, ¡qué ruina!… escribo discursos para los políticos.
Aquí va mi aportación al
concurso “I Certamen de
Microrrelatos de historia "Francisco Gijón". No ganó nada, pero
me ha alegrado mucho ver entre los finalista a una buena amiga, Paz Monserrat. Os
dejo aquí un link a su relato.
Y aquí va el mío, que a mí me gusta mucho por cierto…
Relato
: Cría cuervos...
Año 1065: muere el Rey
Fernando “el Grande”. Justo como era, repartió sus reinos entre sus hijos:
gallardos caballeros y gentiles damas. Para Alfonso: Aragón. García heredó
Galicia. Urraca dueña de Zamora. Elvira señora de Toro, y Sancho, el
primogénito, el reino de Castilla. Este último, ultrajado con semejante reparto
y expolio de “su” herencia, guerreó contra sus hermanos junto a su amigo el Cid Campeador. Batalla va
y batalla viene, llegamos a 1072 y al sitio de Zamora, donde Vellido Dolfos,
héroe de los cantares de gesta, engatusa al rey castellano so pretexto de
mostrar una entrada secreta a la ciudad. Con la emoción de reunir tierras y
proclamarse emperador, a Sancho le da el retortijón. Aprovecha la ocasión el
traidor y asesta puñalada trapera al rey, quien, en culo pajarero y postura
poco regia, no tiene defensa. Así, en una única acción, descubre el vulgo que los reyes cagan y su sangre no
es azul. El Cid lloró, los hermanos rieron y el pueblo suspiró, aunque poco ya
que el nuevo Rey Alfonso se alió con el Cid para reconquistar tierras a los
moros, como buenos caballeros cristianos.
Me arreglé
con esmero, con esa mezcla de emoción y nervios. Mi currículum era magnífico
pero por desgracia, hoy en día se valora excesivamente la imagen, así que
decidí recortar mi traje unos pocos centímetros, unos pocos, tampoco quería
parecer demasiado “ligera”. Añadí también un puntito de clase con la cadena de
oro. En fin… moderna, pero sin perder mi estilo.
El resto de
candidatos tenían un aspecto rancio, llevarían sin tener una entrevista de
trabajo una eternidad, y allí estaban ululando y haciendo rechinar los dientes,
¡pobres espectros!