Luego cruzó el pasillo,
bajó al sótano y mató al prisionero de
un tiro en la cabeza. Observó el charco que se empezaba a formar. Regresó despacio
a su sillón y tachó la primera horizontal “color de la sangre” escribiendo en
las casillas la palabra “rojo”. ¿O sería roja? Leyó la cuarta vertical. Torció
el gesto, tendría que volver a salir, con la lluvia y su reuma, pero le
disgustaba aún más no completar el pasatiempo. Recargo la pistola y esperó
hasta la hora en que acabasen los colegios. Cuatro letras. Sentimiento profundo
al ver morir a un ser querido.
Hola Mel, me ha gustado tu idea original de enlazar la historia con un crucigrama.
ResponderEliminarGracias Lorenzo, ya ves, los asesinos también tienen pasatiempos.
ResponderEliminarPalabra de diez letras que se le dice a Mel cuando escribe así de bien: reverencia.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Jope, vaya piropazo Juan Manuel, 7 letras desde lo más profundo GRACIAS
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