Participación en LIBRAMETVM editorial Defoto - 7 pecados capitales.
SOBERBIA
Su Majestad
El
armiño se acicalaba al amor del dulce sol. Los zorritos de la madriguera contigua
se asomaron y saludaron a su blanco vecino, pero este, altivo, se giró dándoles
el lomo. Era un hiriente bochorno que bichos de semejante pelaje viviesen tan
cerca de él.
Mamá
zorra se acercó a su majestad, como despectivamente le llamaban. Esa noche
celebrarían la fiesta de la primavera en la madriguera de la señora osa. El
armiño mostró sus dientes de un nacarado intenso y con un mohín rechazó tan
vulgar invitación. No se rebajaría a mezclarse con la chusma.
En
mitad de la noche unos golpes lo despertaron. Mamá zorra pedía refugio, una
tormenta había anegado su hogar. Los cachorrillos, ateridos, temblaban con la
piel empapada. Pero el armiño les cerró la puerta en los hocicos. No dejaría que
se le acercaran y contagiasen vaya usted a saber que parásitos.
A
la mañana siguiente, ensimismado como estaba lustrando su piel, unos soldados
lo atraparon. Lo metieron en una jaula. Vio a mamá zorra y le gritó:
-¡Adiós,
me voy del bosque!…
-Alegraos
majestad, seguramente vuestra piel adornará la capa del rey.
-¿Qué
decís?, esta piel solo es digna del Papa…