jueves, 19 de diciembre de 2013

Aires

El médico dio unos golpecitos en el estetoscopio y volvió a auscultarme. Puso cara rara. Me tomó el pulso y dio un respingo. Para cuando la enfermera trajo el aparato de las ecografías varios doctores me rodeaban. Escuché un “Dios”, un “joder” y varios “no puede ser”. Luego giraron el monitor y me mostraron mis entrañas huecas como un queso. Tuve que explicarles que el riñón se lo quedaron en el banco, el estómago lo dejé en la oficina y el corazón se lo quedó mi ex-esposa, como casi todo lo demás. Lo que no entiendo, y por eso venía yo al ambulatorio, es por qué tengo tantas ventosidades… 

3 comentarios:

  1. Hola Mel me he colado en tu blog desde ENTC y me encuentro un personaje con sus órganos empeñados y algunos 'robados'. A ver a quién no le salen aires con esa vida.

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  2. Lorenzo gracias por pasarte y venir a visitarme. Si personaje totalmente agujereado, cosas de la crisis y encima con aires, pobrecillo.
    Saludos.

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  3. Muy ocurrente, María. Me ha gustado mucho. Es muy divertido.
    Besos.

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