Su conciencia no podría
soportarlo ¿O sí? Porque en
realidad tampoco sería el primero del mundo en hacerlo, ni el último. ¿Se
atrevería? Dicen que hay que ser muy valiente, o muy cobarde. Y él era un tipo
normal, ni héroe ni villano, siempre con misiones de custodia. Ahora la guerra
entre hermanos lo había trastocado todo. Limpió su espada cuidadosamente y
cuando su superior gritó “al ataque” no
pensó, solo desplegó sus alas y descendió en picado. Fue el primero en herir al
ángel negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario