domingo, 1 de febrero de 2015

Decadencia


Decadencia
Inmediatamente pedí que cerraran la tapa del ataúd y que quitasen de allí los crisantemos, que me dan alergia. Era bochornoso tener que compartir cripta con el tipo peludo que no paraba de aullar, y el otro harapiento con aires de grandeza —Faraón —le escuché decir al otro lado. Un desastre este siglo sin castillos para un conde de pedigrí como yo. Allí, en la soledad de mi féretro, lloré y deseé ser mortal.

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