Ella
es mi icono, la más bella de las clientes de la biblioteca. Me fascinan sus
atributos, su cabecera, con todas esas extensiones y hasta su anchura de banda.
Y yo todo el día en la nube sin centrarme en mis tareas...
Soy
un simple servidor de ficheros así que no albergo ninguna esperanza. Es amor
virtual ¡Lo que daría por tener un hiper vínculo con ella! Pero no me atrevo, lo tengo en tareas
pendientes.
Por
desgracia, hace poco se ha instalado en esta zona un tipo nuevo, un auténtico
web de última generación, sea lo que sea
eso. Creo que estoy obsoleto y necesito actualizarme, no sé, quizás... La cosa
es que el web ese tan guay, es un clon de algún famoso, un tal Avatar. Pero a
mí no me engaña, sé que es un binario de tomo y lomo, y pronto le quitaré su
máscara. No lo aguanto. Además, se
vanagloria de la tener la mejor velocidad de acceso a los portales, y claro, se
las lleva a todas de calle. Bueno, mejor dicho, a navegar por ahí. Seguro que
es uno de esos que va de puerto en puerto...
Ella
parece estar fascinada con él y todo por
mi culpa. Hace unos días, en la librería, llegó el y pidió el directorio para consultar
algo sobre nuevos lenguajes. Le dije que esperase y respondió alguna estupidez
a ver si no era multitarea como él. ¿Multitarea? ¡Vaya disparate! Le indiqué que esperase, que había cola, y
preguntó a ver si no funcionaba en “para-lelo” dijo burlonamente y todos rieron
sus gracias. Ella también.
Desde
entonces sintonizan muy bien. Temo que establezcan conexión física, así que...
bueno he comenzado a espiarles. Usan mensajes encriptados, dicen chatear, y
active-x, en clara referencia, creo yo, a cachearse y sexo activo... ¡No puedo
más! No me queda más remedio que librarme de él: ejecutarle, y mi reloj interno
me dice que ya llega la hora. Porque ya se sabe, placa madre no hay más que
una.
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