lunes, 23 de diciembre de 2013

Más vale tarde que nunca.

El tiempo y su ambición cambiaron los zurcidos de sus calcetines por corbatas de seda. Atrás quedaron las ilusiones de juventud adormiladas en el confort de la rutina. Pero hoy tras recibir el diagnóstico y la certeza de su final, el pasado se ha colado en su mente y las viejas aventuras se le han encendido en los ojos. Aún le queda tiempo y no lo desaprovechará.

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