Relato presentado al concurso mensual "Esta noche te cuento" mes de septiembre, lema "Volver". Enlace original
Mascarón
de proa
El sanguinario capitán Morgan jamás sintió piedad. Tras el abordaje y
saqueo del galeón capturado, los hombres fueron pasados por la quilla hasta
morir. Las mujeres, ultrajadas, heridas, arrojadas al océano pasto de los tiburones.
Sólo quedó una niña pequeña a quien incluso las leyes piratas respetaban. Pero
no Morgan. Ordenó atarla con cabos a la proa, a la suerte de la espuma de mar.
El rey Neptuno, conmovido
por la crueldad pirata, acudió en su auxilio pero fue tarde. Desató entonces su
furia arremolinando los mares, engullendo madera y sangre. La marea sólo
devolvió a tierra el cadáver infantil cuajado de algas y estrellas de mar,
mortaja regalo de las profundidades.
El Dios Eolo, ofendido por
la ruptura del pacto de no interferencia, exigió como tributo a la más pequeña
de las hijas del rey del mar. Desde entonces, los hombres tallan mujeres
amuleto en la proa de los navíos, y los delfines siguen eternamente patrullando
las olas, por si ella regresa.
¡Qué hermoso, MEL! Precioso leerlo ahora, que estoy tan enamorada de la literatura clásica... Esos griegos son incomparables ;) Te mando un abrazo enorme desde Argentina, con afecto de amiga virtual.
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