domingo, 17 de noviembre de 2013

El nido

Quise abandonar el nido: volar para ser libre. Me elevé, a veces mecido por la brisa, otras arrastrado por las corrientes. Sobrevolé el arco íris, y reposé en las nubes. Surqué grandes distancias al abrigo de las bandadas migratorias y también aprendí a planear en soledad.  El viento fortaleció mis alas y la lluvia me  curtió. Ahora, que ya domino los vientos he aprendido que lo más grande de ser pájaro, no es volar, sino tener un nido al que regresar.

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